Viviendo en una caja de madera, apartamento Flinders Lane

Espacios mínimos con grandes soluciones, las viviendas nunca son demasiado pequeñas si sabemos cómo aprovechar el espacio, solo hace falta un poco de creatividad.

En el interior de uno de los edificios protegidos y catalogados de la ciudad de Melbourne, encontramos el proyecto de adaptación de una vivienda unifamiliar de 75m² para una joven familia. La pareja propietaria del apartamento se encontraba a la espera de la llegada de su primer hijo cuando solicitaron el rediseño de la vivienda al equipo de arquitectos y diseñadores de interior del estudio Clare Cousins Architects. Una vivienda de pequeñas dimensiones, con solamente una habitación, se convertiría en un gran desafío para este estudio ya que la petición principal de los clientes  era la de no perder espacio en las zonas diurnas y conseguir simultáneamente tres nuevos espacios de descanso.

Para el nuevo diseño del interior se inspiraron en la estética de las viviendas de montaña y la arquitectura moderna japonesa, una arquitectura que consigue sacar gran rendimiento a los espacios más pequeños. Para este proyecto se presentó un diseño de lo más imaginativo, los arquitectos sustituyeron el antiguo dormitorio por una caja de madera contrachapada de pino australiano, una madera de color claro, la cual contendría las dos habitaciones principales. Las dimensiones de estas habitaciones son poco más que las de la cama existente debido a las reducidas dimensiones del espacio. El dormitorio de la pareja se encuentra ligeramente por encima del pavimento y cerrado por tres puertas correderas pintadas en colores que complementan el tono de la madera natural inspiradas en las pantallas de shoji japonés. Los escalones que dan acceso hacia el dormitorio realiza la doble función como asiento adicional en la sala de estar y zona de almacenaje, al igual que el resto de muros de la caja, se intenta sacar el mayor rendimiento ya sea para espacios de almacenaje como para la creación de pequeños espacios de trabajo.

Aprovechando la altura del apartamento, junto a la entrada realizaron un altillo que se convertiría en el tercer espacio de descanso que los clientes requerían, siendo este un dormitorio especialmente dedicado a los invitados.

El nuevo diseño reduce al mínimo las áreas para dormir y maximiza los espacios vivos y sociales manteniendolos con un concepto abierto, aprovechando la gran iluminación natural que posee el apartamento, y manteniendo una estética coherente y uniforme sobre el resto de espacios, jugando con texturas naturales, colores cálidos que complementan el tono de los tableros de madera de pino, usados además para la realización de otros muebles y pavimento.