El fascinante vínculo entre música y arquitectura
Pentatonic. Una tipología destinada a un músic, cuya idea de partido nace de la digitación para guitarra de la escala pentatónica
La arquitectura y la música han estado desde siempre profundamente hermanadas y en muchos aspectos hasta son similares. Desde la antigüedad se ha hablado, discutido y experimentado mucho sobre este tema, tan interesante como complejo. Muchos arquitectos y músicos de todos los tiempos han tratado de insertar una en la otra, entendiendo que existe un paralelo entre ambas. Los experimentos y estudios realizados sobre esta especie de fusión han llevado a una gama infinita de resultados, surgiendo de ellos innumerables teorías y conclusiones, convirtiéndose así en un discurso de teorías genéricas. De allí es que surgen una serie de inquietudes. ¿Qué es verdad? ¿Es una suerte de mistificación? ¿Es acaso en ocasiones un error? Y es justamente en esas inquietudes donde nace TriadA.
TriadA es un proyecto de investigación cuyo foco principal de estudio es la conjunción que existe entre la arquitectura y la música, ese punto en común donde convergen ambas disciplinas, llevando el sentido desde lo conceptual hacia lo formal. Con un enfoque académico e interdisciplinario, este proyecto se focaliza en analizar la esencia del vínculo entre ambas disciplinas: vínculo del cual surgen una innumerable cantidad de disparadores, los cuales llevan a generar una serie de debates. Todo esto en una diversificación de enfoques que permiten, justamente, debatir sobre las posibles respuestas que genera la conjunción de ambas disciplinas.
Este proyecto nació en 2013, y luego de mucha lectura, estudio, análisis y conclusiones, la inquietud inicial comenzó a transformarse. Surgió así la necesidad de mostrar el resultado encontrado en esa búsqueda, que dejó de ser solo conceptual para empezar a materializar las ideas y los resultados obtenidos.
Lo que aquí se expone no es una invención ni mucho menos una intención de ser pionero o vanguardista sobre el tema, sino por el contrario se trata simplemente de darle una nueva expresión a este “desafío” de componer arquitectura a través de la música y viceversa.
Desde la arquitectura TriadA diseña espacios arquitectónicos basados en patrones musicales; tal es el ejemplo de Pentatonic (ver imagen); este diseño fue uno de los primeros -y debo confesar que uno de los más caros a mis afectos-, una tipología destinada exclusivamente a un músico y cuya idea de partido nace de la digitación para guitarra de la escala pentatónica, donde cada punto de dicha digitación representa una modulación de estructura sujeta a un criterio personal, la cual configura el límite de los espacios.
Existe también una serie de proyectos diseñados a partir de la música, como es el caso de “GB/EQ”, una vivienda familiar basada en la doble partitura de lectura de una obra clásica y que además rememora el “piano nobile” renacentista. Proyecto “Cube”, una sala de ensayo versátil (música y danza) basada en el concepto de la afinación estándar del instrumento ukelele; entre otras tantas propuestas de diseño. Algunas de éstas lograron materializarse en un proyecto o una obra, algunas otras solo han sido ejercicios proyectuales.
Ahora bien, esto es lo que se desarrolla desde una perspectiva arquitectónica; desde una perspectiva musical el proceso es el inverso, o sea, descomponer obras de arquitectura emblemáticas para luego componer piezas musicales de índole instrumental. Tal es el caso de “Gatito para Mies”, un aire de gato -folklore argentino- inspirado en la Casa Farnsworth de Mies Van der Rohe; o también “Khan-ción” un tema sin estructura estilística basada en la Biblioteca de la Phillips Exeter Academy de Louis Khan; y otras composiciones que se encuentran aún en el proceso de búsqueda/composición. Cabe aclarar que dichas composiciones están pensadas para pocos instrumentos, como una suerte de composición para música de cámara.
No se trata simplemente de aplicar una partitura a un edificio o incluso usar una partitura musical como base para un concepto arquitectónico/urbanístico. Lo que planteo es la hipótesis de que la verdadera esencia se encuentra precisamente en la espiritualidad humana, en lo más profundo de la mente del artista, en ese punto donde la creatividad nace y se desarrolla tanto en la música como en la arquitectura. Entender que ambas van en la búsqueda de un estado mental mediante la utilización de lo tangible. He aquí la mejor aproximación y similitud entre ambas disciplinas, la arquitectura y la música primero se imaginan, luego se representan mediante un lenguaje técnico para luego ser ejecutadas. Una se materializa, la otra no, pero ambas inundan y cargan de sentido a un lugar.
Este constante estudio, ejercicio y prueba y error sobre ambas disciplinas, no solo en su ejecución individual, sino en la conjunción que sugieren ambas, me permitió ampliar tanto mi pensamiento interdisciplinario y mi creatividad; generándome así situaciones de diseño que ayudan a agilizar el proceso creativo (proceso de diseño), una especie de anacrusa arquitectónica, es decir la capacidad que asume un arquitecto a la hora de prever posibles errores o dificultades en el diseño.
Hoy TriadA está atravesando por un nuevo desafío: se está gestando un equipo interdisciplinario de trabajo. Si bien cada uno de los integrantes están relacionados directamente a una u otra disciplina, cada uno tiene un interés diverso, lo que les permitirá asumir un rol diverso en este proyecto (en cuanto a lo musical: composición, interpretación; en cuanto a lo arquitectónico: fotografía, croquizado, modelado 3D, renderizado, armado de maquetas y diseño gráfico).
Tanto la arquitectura como la música deben tener la capacidad de sobrecoger a la persona. Es así que ambas no nos permiten abstraernos de su presencia y son parte importante de nuestra vida cotidiana. Se trata de sensibilizarnos con ellas, ya que ambas disciplinas cargan de emoción un lugar; a una la vemos -tangible- mientras que a la otra la escuchamos -intangible-. Creo fielmente que es allí donde se encuentra la clave de esta conjunción, tan extraña como fascinante.