Césped en la Gran Vía y otros impactantes proyectos de arquitectura vegetal

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Césped en la Gran Vía y otros impactantes proyectos de arquitectura vegetal

Césped en la Gran Vía y otros impactantes proyectos de arquitectura vegetal

En 2020 la edificación debe cumplir las directrices europeas de eficiencia energética
Recreación de un proyecto que propone incorporar cubiertas vegetales en las aceras de la Gran Vía de Madrid

Su presencia en España es aún incipiente, pero su incorporación puede beneficiar tanto a edificios públicos, como hoteles y centros comerciales

Al vasco Óscar Fernández y al inglés Dusty Gedge les separan miles de kilómetros de distancia, pero les une una causa común: las cubiertas verdes, o vegetales. Estas instalaciones, que se asemejan a los jardines verticales que pueblan algunos edificios singulares, se abren hueco en los distintos ámbitos del mercado inmobiliario, desde edificaciones residenciales y públicas, hasta bloques de oficinas, centros comerciales y hoteles.

Fernández es portavoz del grupo Irazabi Ganar en el Ayuntamiento de Vitoria y presentó recientemente una propuesta para que la ciudad albergue cubiertas verdes en los edificios. Con esta iniciativa, el concejal busca avanzar en la lucha contra el cambio climático y mejorar la salud de las personas, y recuerda que "estos sistemas absorben hasta el 80% del agua de lluvia, por lo que ayudan a prevenir inundaciones, entre otras ventajas". Una propuesta muy acorde con este municipio vasco, declarado Green Capital (capital verde), por el impulso que está dando a distintas acciones para consumir menos energía, potenciar jardines y áreas verdes y fomentar el empleo de energías renovables.

Son dos ejemplos de la apuesta por estas soluciones sostenibles que ya muchos ven como una ayuda imprescindible para cumplir las exigencias europeas en materia de eficiencia energética de cara al año 2020.

Pero, ¿en qué consisten estas cubiertas, que ya defendió Le Corbusier a mediados del siglo pasado? Son instalaciones fabricadas para ubicarse principalmente en las azoteas de los edificios, que se componen de una base impermeable para evitar filtraciones, de depósitos de agua para el riego y el aprovechamiento de la lluvia y de una capa de sustrato donde arraigan plantas y flores.

Buena acogida

El colectivo de arquitectos es uno de los que mejor ha acogido este tipo de instalaciones, "por el valor medioambiental que aportan", subraya José María Ezquiaga, decano del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). Insiste en un mensaje: "Las cubiertas vegetales no deben ser nunca sustitutivas de jardines y áreas verdes en la ciudad. Pueden convivir ambas en el paisaje urbano, pero no excluirse".

Este arquitecto resalta la versatilidad de estas instalaciones, que pueden acoger desde césped y pequeñas plantas, hasta árboles de mayor tamaño, pasando por huertos para el consumo de los vecinos. Expone ejemplos de cómo sacar partido a los techos, que considera infrautilizados. "En Holanda hay edificios universitarios, cuyos techos están aprovechados para zonas de paseo y pistas de correr. En ellos se está estudiando la incorporación de techos verdes", explica Ezquiaga.

Gedge es otro firme convencido de que estas cubiertas ayudan a cuidar el medio ambiente y a desprender menos emisiones, combatiendo uno de los asuntos más preocupantes en materia medioambiental: el cambio climático. Este ornitólogo preside la Federación Europea de Asociaciones de Cubiertas Verdes y promueve activamente el uso de techos y fachadas vegetales en toda Europa. Colabora, además, en distintos proyectos del Ayuntamiento de Londres, una de las ciudades europeas donde más se ven estos desarrollos en distintos barrios.

Los edificios públicos se presentan como uno de los ámbitos clave donde impulsar estos desarrollos, sobre todo teniendo presente la obligación europea de que estos inmuebles sean de consumo energético casi nulo a partir de 2019.

En el Ayuntamiento de Madrid ya se han puesto manos a la obra para trabajar en el empeño, dentro de la apuesta del Ejecutivo municipal por impulsar una ciudad más sostenible. Jorge García Castaño, delegado de Economía y Hacienda, explica que "el ayuntamiento ha puesto en marcha un programa para la implantación de cubiertas verdes en los propios edificios municipales". Señala que, desde las direcciones generales de Innovación y Promoción de la Ciudad y de Patrimonio, se está trabajando en proyectos para su implantación también en bibliotecas, centros culturales y de mayores, entre otros.

Madrid, en auge

Existen ya varios proyectos en firme, explica García Castaño. "Como instalación demostrativa, a comienzos del próximo año, se establecerá una cubierta verde en la terraza oeste del edificio de Cibeles. Se incorporarán también en el Centro Cultural Eduardo Úrculo (en el barrio de Tetuán) y en la Escuela Infantil Butarque (distrito de Villaverde)», detalla.

El filón de los centros comerciales

Danosa, fabricante de instalaciones de construcción sostenible, ha incorporado estas cubiertas en uno de los nuevos centros comerciales de Madrid, Plaza Río 2, en la renovada área de Madrid Río, a orillas del Manzanares. A este proyecto se unirá el futuro centro comercial Open Sky, en el municipio de Torrejón de Ardoz, "que albergará estos techos", explica Juan Manuel Rojas, director del departamento técnico de la compañía.

Danosa cuenta con una amplia experiencia en incorporar estructuras de impermeabilización y aislamiento en los edificios, encaminadas a su menor consumo y emisiones contaminantes. Este modelo constructivo no sólo supone un importante beneficio para el medio ambiente. Como recuerda Rojas, "contribuye a revalorizar un 12% el inmueble, según nuestras estimaciones". Sin olvidar, insiste, "que estas cubiertas ayudan a compensar la carencia de zonas verdes que hay en las ciudades". El directivo explica que Danosa está trabajando en varios proyectos de rehabilitación de hoteles, donde propone implementar estos techos. "Este ámbito se presenta como otro campo atractivo para estas soluciones verdes", señala.

En la industria hay también un ejemplo que ilustra el aprovechamiento de este desarrollo verde. Se trata de una instalación de 6.000 metros cuadrados, a cargo de Knauf, sobre una nave en Idiazábal (Guipúzcoa). Según cálculos de Knauf, la cubierta retiene el CO2 equivalente a las emisiones de un coche realizando 300.000 kilómetros.O, lo que es lo mismo, dando la vuelta al mundo siete veces.

Ahorro en el bolsillo

Desde Danosa, ponen números a los beneficios de incorporar estas cubiertas en los edificios. Se recortan más de un 20% las emisiones, así como entre un 50% y 65% el consumo energético, porcentajes importantes a la hora de abaratar la factura de la luz. No hay que olvidar, además, que los edificios residenciales son responsables del consumo de un tercio de la energía en España.

Espora es otro de los fabricantes de cubiertas verdes en su planta de Valencia, un diseño basado en módulos que ha patentado. Gabriel Grinberg, CEO de la compañía, explica que, "al ser una instalación modular, permite una mayor flexibilidad y adaptación a los distintos tipos de fachadas y tejados de los edificios".

El diseño de Espora se compone de una base impermeable que evita filtraciones y humedades en el interior, unos depósitos para aprovechar el agua de lluvia y la cubierta superior que acoge la flora. "Estudios de arquitectura, socimis que gestionan centros comerciales y el Ayuntamiento de Madrid son los que han mostrado mayor interés por nuestra propuesta", afirma Grinberg.

Precisamente, el consistorio madrileño, por su compromiso por impulsar una capital más verde, se alza como un importante cliente de firmas como Espora. La compañía, además de ver oportunidad en tejados y fachadas, visualiza una ciudad más verde a pie de calle.

La reciente ampliación de las aceras de la Gran Vía madrileña le ha servido de inspiración para proponer al consistorio la incorporación de estas cubiertas, con césped, que además de absorber lluvia y emisiones, permiten pasear sobre ellas, proyectando una imagen más amable de la, ya de por sí, dura ciudad. Se ha propuesto también incorporar cubiertas en las barandillas verticales que separan la vía y la acera.

El ejemplo de otras capitales

Madrid puede ponerse así al nivel de otras capitales europeas, como París, donde existe una legislación específica para impulsar estas cubiertas en los bloques residenciales de obra nueva.

Un desarrollo beneficioso para ciudadanos y entorno, pero para el que se han de tener presente aspectos y barreras derivadas, especialmente, del envejecimiento que define la mayor parte del parque de viviendas español. Isabel Bajo, presidenta del Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid (CAF), señala que "la adopción de acuerdos para la instalación de cubiertas ajardinadas se suele dar en edificios de menos de 40 años".

Bajo añade también que "la comunidad tiene que tener el voto favorable de las tres quintas partes del total de los propietarios para llevar a cabo el proyecto". Será necesario disponer, antes de su instalación, de un informe técnico que verifique que la seguridad del edificio no resultará afectada.

Por último, es aconsejable que se apruebe una norma de régimen interno de la comunidad que regule su utilización, atendiendo y regulando cuestiones como la distribución de los gastos de mantenimiento, conservación o reparaciones.

En total, se están valorando una veintena de actuaciones en distintos inmuebles, "que ayudarán a reducir los consumos energéticos y disminuir el llamado efecto isla de calor urbana, provocado por las altas temperaturas que concentra el asfalto y el hormigón", subraya el delegado. Ensalza otra importante ventaja: "Se ganan espacios verdes para los ciudadanos".

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