Flaine: un clásico de la arquitectura
Recuperamos uno de los edificios olvidados de Marcel Breuer que son clásicos de la historia de la arquitectura a través de la fotografía de Valentin Jeck
Recuperamos uno de los edificios olvidados de Marcel Breuer que son clásicos de la historia de la arquitectura a través de la fotografía de Valentin Jeck
Flaine fue uno de los proyectos diseñados por el arquitecto de la Bauhaus Marcel Breuer en colaboración con Robert F. Gatje. Revivimos este clásico de la arquitectura con los textos extraídos de la revista Informes de la Construcción de Noviembre de 1970 y las impactantes tomas del fotógrafo Valentin Jeck: los detalles y la atracción de hacer las cosas especiales a través de la fotografía impregnan tanto su trabajo artístico como comercial.
Situado en los Alpes franceses, a 67 km de Ginebra y a 19 km de Chamonix, cerca del corazón de una de las mayores regiones del mundo aptas para practicar el deporte del esquí, se alza Flaine: ciudad de vacaciones invernales en un valle agradable pero solitario, que ha permanecido completamente apartado de la explosiva expansión del turismo invernal como consecuencia de su alto grado de inaccesibilidad y de la escabrosidad de sus alrededores.
Con objeto de facilitar el acceso a la nueva ciudad ha sido construida una carretera que atraviesa las montañas que aislan Flaine de la carretera principal —que sigue el valle del río Arve—, la cual desciende desde el desfiladero hacia Flaine.
Constituye la primera fase del proyecto: un grupo de hoteles, edificios de apartamentos, tiendas, edificios para servicios —edificaciones de las que Breuer ha sido autor y director del plan general—, y pistas para esquiar, que, en conjunto, dan servicio a una población de unos 500 habitantes.
Dado que el valle tiene muy poco terreno llano —reservado, en su mayor parte, para los puntos de reunión, en el fondo de las pistas de esquí, y para aparcamientos—, los edificios se alzan sobre terreno en pendiente, apoyándose, muchos de ellos, sobre soportes exentos; el espacio interior que crean se utiliza para aparcamientos cubiertos y vías de acceso, con lo que se evitan los amontonamientos de nieve que, de otro modo, se acumularían alrededor de los edificios, reduciéndose o eliminándose, por tanto, el molesto trabajo de removerla para desenterrar los coches cubiertos por ella.
Debido a la duración prolongada de la estación invernal, la actividad de la construcción en el valle queda limitada sensiblemente a los cuatro meses veraniegos del año; por ello, los arquitectos decidieron construir casi toda la ciudad a base de elementos prefabricados de hormigón, ampliamente estandarizados, que fueron fabricados en una planta establecida en el cercano valle del río Arve. Tanto éstos como todos los demás materiales de construcción fueron transportados mediante un teleférico, construido especialmente para este fin.
Los factores mencionados anteriormente influyeron, de modo decisivo, en las características arquitectónicas de los edificios. Las fachadas presentan, en todos sus detalles, un aspecto tridimensional; la textura de sus superficies y la profundidad física de su tratamiento contribuyen a realzar los contrastes de luz y sombra, como ya antes había demostrado Breuer en los edificios de la Unesco, Abadía de San Juan y Centro de Investigación de IBM en Niza.
Finalmente, mencionaremos que todos los edificios de Flaine, desde el mayor hotel al chalet más pequeño, son calentados por medio de agua caliente suministrada, desde una central de calefacción y distribución, a través de un sistema de túneles de servicio, que sirven, además, para alojar otros servicios complementarios.
La decoración de interiores se debe a Mrs. Eric Boissonnas; la de las tiendas, a Gerard Jardonnet y la de los alrededores del club nocturno, a Piero Gilardi.
Fotografías de Valentin Jeck
Textos estraídos de la revista Informes de la Construcción, núm.225